Por qué el sombrero de la noche
vuela con tantos agujeros?
Qué dice la vieja ceniza
cuando camina junto al fuego?
Por qué lloran tanto las nubes
y cada vez son más alegres?
Para quién arden los pistilos
del sol en sombra del eclipse?
Cuántas abejas tiene el día?
Pablo Neruda, El libro de las preguntas (inédito a su muerte, publicado en 1974)
El 26 de enero de 1990, al día siguiente de la muerte de Ava Gardner, hubo un eclipse solar parcial en la zona de Buenos Aires y alrededores que me impresionó muchísimo. Fue tema de conversación en los diarios y la televisión, aunque no tanto como ocurre ahora. Entre toda la información astronómica que se difundió, estaba una que me cautivó: un eclipse total de Sol se iba a poder ver desde Buenos Aires… pero recién en 2019.
Me costaba imaginar un futuro tan lejano. Después de dos años fallidos estudiando Ingeniería, me había pasado a Comunicación Social. No había en aquel tiempo examen de ingreso y las clases empezaban en abril, cuando yo cumpliría 21 años. Tenía un futuro brumoso por delante y aún faltaban casi tres décadas para el eclipse, pero nunca olvidé la fecha. Incluso imaginé una novela de ciencia ficción que transcurría en La Plata (su título era “Capital”) en la que había un gobierno dictatorial y la única resistencia estaba en un grupo de telépatas. En la historia, el eclipse total de sol del 2 de julio de 2019 jugaba un rol central.
*
Durante todos estos años, repito, tuve muy presente la fecha del eclipse. Me saqué vacaciones a principios de año en la primera semana de julio, no sea que alguien se me adelantara. Y analicé muchos lugares para verlo. El primero que pensé fue Alpa Corral, mi amada localidad serrana del sur de Córdoba (entre paréntesis, no vi ninguna foto del eclipse tomada allí). Luego pensé en algún punto más cercano, en la provincia de Buenos Aires, o incluso también en Córdoba pero en Guatimozín, donde nació Padre. Casi hasta último momento me había decidido por Junín. Pero pocos días antes opté por Chascomús: quería fotografiar el eclipse y su reflejo en la laguna. Y allí viajé.
*
Después de esperar más de 29 años por el fenómeno astronómico, esa mañana amaneció nublada. Pero, aseguraba el pronóstico, iba a despejarse.

Caminé por la ribera mientras esperaba el llamado de dos amigas que habían ido desde La Plata para ver el eclipse. Almorzamos en el Centro Náutico y de Pesca. Volví a mi hotel a buscar el trípode. Y regresamos.
Horas después, el panorama de soledad que se aprecia en la primera imagen había cambiado completamente. Toda la orilla estaba llena de curiosos, de fotógrafos, de aficionados a la astronomía. Varios miles de personas abarrotaron la zona.









Me asombró que la oscuridad no fuera total. Me dejó estupefacto ese arco de luz dorada a la izquierda, que casi abarcaba el perímetro de la laguna de Chascomús. Todavía no pude averiguar de qué se trataba.

Dos minutos y medio después el sol comenzó a aparecer, y lo que siguió fue un atardecer imposible.



Y así, con ese oro del poniente, se terminó la jornada por la que estuve esperando tanto tiempo. No pude ver el aro de fuego de la corona solar, pero no quedé decepcionado. El estremecimiento que recorrió mi espina dorsal cuando las nubes se velaron fue más que suficiente.
Ahora me queda esperar al próximo eclipse total de Sol. No tanto como antes: habrá uno el 14 de diciembre de 2020 y se verá en la Patagonia. Pero esa es, será, otra historia.
Increíblemente inolvidable momento!! Mágico y único!! La verdad fue espectacular!!! La pasamos genial, ahora a soñar con la Patagonia 2020????????
Tal cual, fue increíble!
Nunca planifico nada con tanta antelación pero por las dudas lo agende en el teléfono con varios recordatorios.
Muy bien! Igual quedate tranquilo que yo ye lo voy a recordar ☺️