El Mirador de las Estrellas de Alpa Corral

Entre 2007 y 2010 fuimos tres veces con mi hija de vacaciones a la hermosísima localidad de Alpa Corral, ubicada a unos 70 kilómetros de Río Cuarto, en el sur de Córdoba. Por allí hemos caminado muchísimo, vimos atardeceres de ensueño y nos hemos bañado en el río de Heráclito, siempre cambiante y casi siempre pacífico. A mediados de febrero de 2009, pocos días después de volver de nuestras vacaciones, encontré en la web Taringa la fotografía de un monumento muy extraño, ubicado justamente en Alpa Corral: una especie de círculo de estatuas con un coronamiento metálico. Me dio bronca, porque sabía que tenía que esperar un año más para verlo en persona. Pero la paciencia dio sus frutos, ya que pudimos verlo, tocarlo, fotografiarlo y, por una sincronicidad maravillosa, charlar unos minutos con Pinky Coria, su creador. Esta es, entonces, la historia del Mirador de las Estrellas, basada en su mayor parte en notas que tomé en un cuaderno cuadriculado que compré en febrero de 2010 en Alpa Corral mismo.

El cuaderno Potosí y la foto que había visto en Taringa.

Diario del Mirador

En el cuaderno Potosí llevé un breve diario de la investigación del monumento, que tuvo tres momentos principales.

Cuando bajamos de la combi que nos dejó en Alpa Corral, el 8 de febrero de 2010, nos recibió una chica de la Secretaría de Turismo. Yo había impreso la foto bajada de Taringa y la tenía preparada: ahí nomás se la mostré y le pregunté dónde estaba eso. Nos respondió que a “eso” lo llamaban en el pueblo “El mirador de los ovnis” o “El mirador de las estrellas”. Agregó una historia que después no pude comprobar: “Parece que hace muchos años (‘más de 50’) al dueño del campo donde está el monumento se le habrían muerto sus tres hijos de forma consecutiva y repentina, y por eso mandó construir esto”, según dice lo anotado en el cuaderno. “El escultor habría sido riocuartense”, agregó la chica.

El texto dice además: “Fuimos al monumento de las tres caras. (…) Al pie de la construcción dice ‘MILO’”.

“Obras extravagantes”

Al día siguiente, martes 9 de febrero, conseguí más datos en un bar y restorán frente al río, llamado La Isla. Sigo copiando de mi cuaderno. “Una chica que atiende en La Isla, que es profesora de plástica en Río Cuarto -su último trabajo antes de irse a vivir a Ushuaia- nos dijo que, a partir de haber visto la palabra “PINKY” en el altar, dedujo que el monumento lo hizo Pinky Coria, un artista de Río Cuarto famoso por sus obras extravagantes”.

La chica se llama Tania Benítez. Ella “me dijo que Pinky Coria trabaja en la escuela de Bellas Artes de Río Cuarto o en el teatro. Habrá que ubicarlo, así sea por email”.

“Añado a lo que dijo la guía de turismo: el campo donde está el monumento sería de Carlos Giouse (padre). Preguntarle a Carlos G (hijo) hoy”, agregué.

Por último, escribí: “Para hacer: foto de Pinky en el ‘altar’”.

Sin terminar

Carlos Giosue administraba por aquel entonces, y creo que lo sigue haciendo, la posada Ayelén, uno de los principales hospedajes de Alpa Corral. Esa tarde fuimos a verlo con Abril y hablamos del Mirador de las Estrellas. Me contó: “Ese campo es nuestro. Un día vino Pinky Coria, dijo que quería hacer algo en ese lugar, y lo aprobamos. Fue no hace más de siete años, los últimos tiempos en que mi viejo era intendente”, lo cual echó por tierra lo de los “50 años” que nos había dicho la guía turística.

Al rato hablamos con Giouse padre, que falleciera en 2017. Dio datos interesantísimos. “El monumento es un proyecto sin terminar. Pinky quería que estuviera iluminado, y que corriera agua con una fuente. Pero es casi imposible eso, no sube el agua hasta allí, el tanque está muy bajo. Después, son 400 metros de tendido eléctrico, es muy caro. Y así quedó”, me dijo. Agregó que me iba conseguir el teléfono de Pinky Coria, para poder hacerle una entrevista.

Encuentro con Pinky

Pasaron los días y los paseos. Nos hicimos amigos de Tania y de su compañera en La Isla, Analía.

El viernes 12, el último día que pasamos completo en Alpa Corral -volveríamos a Río Cuarto el sábado a la mañana- fuimos a desayunar y nos contaron que Coria “había pasado en la mañana. Las chicas lo encararon y le contaron de mi nota. Dijo que había perdido la cámara y el celular, y que después pasaba”.

Cuando fuimos a almorzar a La Isla, a las 13, Pinky “justo estaba y nos pusimos a charlar”.

Pinky Coria en La Isla.
Pinky Coria en La Isla.

Su testimonio fue breve, y como los demás que transcribo aquí, lo reproduzco de memoria. “El monumento es un ‘mirador de estrellas’”, me confirmó. “Si estuviera terminado, la parte inferior [donde hay unos símbolos, que se aprecian en una foto] queda iluminada. Uno levanta la vista y por el agujero ve las estrellas del cielo, y alrededor, reflejados en el círculo de acero inoxidable, se verían los símbolos, que están relacionados con la cosmología mapuche”.

Coria agregó: “También tengo un ‘mirador del atardecer’ en Las Albahacas [otra localidad serrana del sur cordobés], un sillón de cuatro metros de alto con un personaje raro, que da al ocaso, para sentarse y ver la puesta del sol. Está en un parque de esculturas”.

(Doce años después de esa charla, sigo con el anhelo de ver ese mirador del atardecer).

Otro monumento

Al día siguiente volvimos a Río Cuarto y mi primo Roberto nos fue a buscar. Pasamos por una plaza de Río Cuarto y, sinceramente, ya no recuerdo si fue casualidad o nos habían avisado, pero paramos en otro monumento construido por Coria y tomé varias fotos. Como curiosidad, su apodo aparece en la placa como “Pinki”, cuando tanto en su Facebook como su blog el artista se hace llamar Pinky.

Espero volver próximamente a Alpa Corral para ver cómo el tiempo ha tratado al Mirador de las Estrellas. Hoy hablaba con mi novia sobre él y le decía que se trata de un monumento singular, que no desentonaría en Capilla del Monte, pero que en un lugar como Alpa Corral es extraordinario. Sueño con verlo terminado, con verlo iluminado y con agua como lo pensó su creador. Quizás, en algún futuro, sea posible.

Si alguna vez visitan Alpa Corral, no dejen de ver el Mirador de las Estrellas. Es una caminata no muy larga desde el camping El Pelícano. Me lo van a agradecer.

Marcelo Metayer Escrito por:

4 comentarios

  1. G.B.
    21 febrero, 2022
    Responder

    Me sucedió algo parecido a usted, pero no seguí investigando.
    Todo comenzó cuando vi la foto en Taringa.!, yo ya había ido muchas veces a mi amado Alpa y no sabia de su existencia.

    Pasaron dos años aprox. hasta que pude volver, en ese transcurso, cada tanto se me cruzaban las misteriosas ansias de encontrarlo. y así fue, cuando llegué, lo primero que hice esa tarde es pasear por la villa y a cada uno que me cruzaba preguntar, sorpresa la mía fue que tras haber charlado con mucha gente, nadie sabia de su existencia,

    Yo me había llevado info de mas o menos donde encontrarlo, así que al amanecer del día siguiente fue caminar campo traviesa hasta allá a lo lejos divisarlo, que emocióooon.

    Que decir, muy bonito, muchas fotos, vista panorámica de la villa,

    Medité un rato en silencio y me traje la tarea de investigar.
    Ahí supe de su autor Pinki y demás datos que usted aquí expone.

    GRACIAS Marcelo.

    • Marcelo Metayer
      21 febrero, 2022
      Responder

      Muchísimas gracias! Recién me aceptó en Facebook Pinky, le voy a preguntar más datos y los agregaré al texto.
      Saludos y gracias de nuevo por pasar y comentar.

  2. Pamela
    23 febrero, 2022
    Responder

    Conocí a mi amado Alpa allá por 1993, a mis 13 años en un campamento con el colegio al Talita.
    Pude volver con mi pareja y mi madre en el 2010, a mis 30 años, no sabia donde quedaba ese mirador,,,siendo que ya subimos hasta el cerro blanco.
    Este diciembre de 2021, si mal no recuerdo el mismo 31, fuimos con mi pareja.
    El día antes también me dedique a averiguar con algunos artesanos, donde quedaba y me dijeron que esa escultura tenia muuuchos años.
    Caminamos desde unas cuadras arriba del Nilpe, hasta ese bello lugar.
    Quede atontada…que hermoso camino lleno de arboles que se entrecruzan formando una cueva… y al ver el mirador, que emoción, que vista, que paz y que aire se respira allí… Recomiendo conocerlo… me dio mucha paz y estuve largo rato sacando fotos y no queriendo irme de allí..

    • Marcelo Metayer
      23 febrero, 2022
      Responder

      Gracias Pamela por comentar! Sí, realmente Alpa Corral es un lugar extraordinario. Conozco muchos pueblos cordobeses y Alpa tiene un alma distinta, luminosa.

Responder a Marcelo Metayer Cancelar la respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *